Las empresas que apuestan a la incorporación de herramientas totalmente innovadoras en pro de la seguridad de sus trabajadores

La tecnología VR tiene gran potencial para las empresas que buscan mejorar la seguridad de sus empleados e instalaciones mientras reducen costos y tiempos

08 de enero de 2021

A medida que la tecnología avanza y se contabilizan los estragos provocados por la crisis sanitaria que inició en 2020, son cada vez más las empresas que apuestan a la incorporación de herramientas totalmente innovadoras en pro de la seguridad de sus trabajadores e instalaciones, y por una muy buena razón. ¿Sabías que los empleados que se especializan en líneas de trabajos exigentes y peligrosas, como pueden ser la fabricación, construcción, manipulación de carga y otros entornos complejos, se enfrentan a constantes amenazas de riesgos? Razón más que válida para que estas organizaciones vean cómo las soluciones de realidad virtual —entornos informáticos que crean espacios virtuales a través de distintos dispositivos— pueden ayudar en capacitaciones prácticas e invaluables de forma segura, económica y eficiente. 

A la par de que los nativos digitales crecen e influyen en el consumo de los padres, la realidad virtual (VR) está creciendo rápidamente como una herramienta empresarial. Según  estimaciones de la consultora estadounidense PwC, el valor de la industria aumentará exponencialmente durante la próxima década, y pasará de $ 13.5 mil millones en 2019 a $ 450.5 mil millones para 2030.  

¿Pero en qué ámbitos puede ayudar la realidad virtual?

La lista es larga, pero vamos a decirnos a aquellas que más competen a nuestra industria como son las tareas de selección y preparación de pedidos, transporte, gestión de almacenes y reducción de tiempo en la formación y recursos. Tales actividades abarcan varios de nuestros rubros: arquitectura, mantenimiento industrial, protocolo, logística, construcción y medicina. Este último, es de suma importancia porque el valor de enseñanza de la VR se extiende literalmente a salvar vidas. En el caso de los médicos residentes en prácticas que no involucren a pacientes y en el caso de constructoras ayudando a los fabricantes y distribuidores a mantener en línea sus cadenas de suministro mientras brindan la capacitación inmersiva en seguridad simulada.

La atención médica en Estados Unidos, por ejemplo, está sometida a una gran presión. De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Michigan, “uno de cada tres cirujanos no puede operar de forma independiente después de la residencia”. Sin embargo, esta brecha puede cambiar si se les habilita experiencias con realidad virtual, ya que los profesionales podrían optar por capacitaciones con simulaciones realistas de los entornos de la sala de operaciones. 

Muchas de estas plataformas de VR brindan a los usuarios una ventaja fundamental, como es el caso del Instituto Musculoesquelético de la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut, luego de que el hospital suspendió por la propagación del COVID-19 las cirugías electivas, su capacitación continuó sin interrupciones, mediante el uso de cascos de realidad virtual, pudieron realizar procedimientos de forma segura, a  costos menores y hasta 6 veces más rápido que antes.

Pero, volviendo a nuestra industria, sabemos que con las soluciones de visualización, simulación y emulación que ofrece la realidad virtual los empleados de un aeropuerto, por ejemplo, pueden aprender de forma segura cómo cargar y descargar bultos y cargas, cómo trabajar con otros equipos e incluso cómo conducir un montacargas.  La RV permite la reproducción de escenarios reales, en la cual el usuario tiene libertad de acción y puede vivir en primera persona las consecuencias de maniobrar incorrectamente, que lejos de crear traumas, genera un importante impacto emocional de sensibilización. También evita cualquier inconveniente con el clima, el aire libre, los peatones, accidentes físicos o distracciones (a menos que desee alguna). 

Por otro lado, en el caso de almacenes posibilita los recorridos virtuales a fin de facilitar e incorporar datos reales de materiales, evitar la detección temprana de los cuellos de botella, reducir costes y evitar errores en la fase de planificación.

Los que estamos en esta industria sabemos que las cargas pueden volverse peligrosas si no se manipulan correctamente, y la VR sin duda ayuda porque su implementación puede incidir en la prevención de riesgos, en la planificación y rentabilidad de tu empresa. 

Se intensifica la globalización en el panorama competitivo en la industria de la maquinaria

Presentada en el marco del programa “Way to zero” para reducir emisiones, cuenta con seis productos entre los que se destacan su primera manipuladora telescópica eléctrica, una miniexcavadoras de oruga y dúmperes para obras y carretillas

08 de enero de 2021

A medida que se intensifica la globalización en el panorama competitivo en la industria de la maquinaria, muchas organizaciones apuestan por la innovación en el proceso imparable de la electrificación. En este orden, la compañía británica JCB, especialista en maquinarias industriales, agrícolas y de obra, ha presentado su nueva colección de productos totalmente eléctricos, el mismo día que el gobierno británico anunció su plan de 10 puntos en el marco de la llamada “Revolución Industria Verde, en se deja por sentado, entre otras cosas, la prohibición el uso de automóviles de gasolina y diesel para 2030. 

La nueva gama “E-tech” encaminada a conseguir “cero emisiones” está constituida por seis máquinas eléctricas en las que encontramos a la gran protagonista de este lanzamiento: la JCB 525-60E, su primera manipuladora telescópica; además de una miniexcavadora de orugas, un dumper de obra, un volquete, una plataforma elevadora y carretillas industriales. Todas incluyen un cargador universal rápido y compatible. 

La JCB 525-60ES, su primera manipuladora telescópica eléctrica

La historia de la manipuladora telescópica se remonta a 43 años atrás, cuando JCB se posicionó como pionera al presentar un concepto novedoso dentro de la manipulación de cargas de diversas índoles. Ahora, en esta nueva versión la 525-60ES ofrece múltiples soluciones para clientes de la industria de la agricultura, construcción e industrial. La máquina tiene una capacidad de elevación máxima de 2500 kilos, que se reducen a 2500 kg en la altura máxima de elevación de 6 metros y tracción 4WD permanente. Además se componen de dos motores eléctricos, uno para impulsar la máquina y otro para alimentar el sistema hidráulico elevador. Ofrece un entorno de trabajo silencioso (sólo 66,7 dB en el interior de la cabina) y reduce las emisiones contaminantes.

Asimismo, la 525-60ES está equipada con una batería de iones de litio con 24 kWh de capacidad, un plus, —con el que la empresa ha venido insistiendo con otros equipos presentados anteriormente—, ya que trabajan una jornada completa sin tener que recargarse. Al igual que los automóviles eléctricos cuenta con un sistema que permite recuperar la energía para recargar la batería durante la operación de la máquina. 

El dumper y la miniexcavadora 

La empresa incluyó el JCB 1T-2E, un dumper eléctrico, se trata de una máquina duradera, compacta, de punta alta contenedor de acero completo y chasis articulado de alta resistencia. También funciona con baterías de iones, en este caso con 5 kWh, capaz de suministrar energía suficiente para una jornada de trabajo con un uso normal. Su especialidad es el trabajo bajo tierra y zonas urbanas con restricciones de emisiones. En lugar de la transmisión hidrostática del modelo con motor diésel, en este caso se trata de una transmisión convencional y tracción 4×4 permanente.

En este sentido, el fabricante aseguró que el rendimiento y la productividad es idéntica a los modelos de diesel convencionales, tanto en la velocidad de desplazamiento como en los ciclos de vuelto. El modelo JCB 1T-2E ofrece una carga útil máxima de 1.000 kg y una altura máxima de descarga de 2.392 mm. Además es el socio ideal para el modelo 19 C-1E, una miniexcavadora de oruga totalmente eléctrica de 1900 kg de peso, capaz de excavar a 2,82 metros de profundidad. 

En cuanto al ruido en el puesto del operador, —pues no se trata de una cabina como tal, no está cerrada—, es 10 dB menos que en la versión diésel, lo que redunda positivamente en la salud y fatiga del operario, y permite además una mejor comunicación con otros operarios alrededor. Además del ahorro energético, la no necesidad de sistemas de extracción de humos en espacios cerrados y/o subterráneos ahorra un dinero importante para su operador.

Carretillas y elevadoras 

La gama, como ya lo mencionamos, incluye una carretilla industrial totalmente eléctrica, presentada bajo el nombre JCB 30-19E, que cuenta con 3.000 kg de capacidad máxima de elevación y una batería de 625 Ah (80 V) permite una autonomía superior a 8 horas de trabajo. Se puede elegir entre recargarla o bien extraerla, un proceso que lleva unos 2-3 minutos con ayuda de una grúa o carretilla elevadora.

Solo habrá que esperar su comercialización y rotación en el mercado Estadounidense y latinoamericano para comprobar su efectividad.